Si le preguntáramos qué cree que significa Wi-Fi, es muy probable que recibiéramos muchas respuestas similares. Sin embargo, contrariamente a la creencia popular, Wi-Fi no significa "Wireless Fidelity". El término fue acuñado por una empresa de branding y en realidad no significa nada por sí mismo. Profundicemos un poco más en el origen de Wi-Fi y veamos de dónde procede el término, al tiempo que analizamos algunas de sus ramificaciones más importantes en la vida moderna.
El término Wi-Fi fue creado por la consultora de marcas Interbrand en 1999. La Wi-Fi Alliance, organización responsable de certificar los productos Wi-Fi, quería un nombre fácil de usar, reconocible y comercializable. Interbrand sugirió "Wi-Fi" como término pegadizo y memorable, inspirándose en el concepto de Hi-Fi, que significa alta fidelidad en el mundo del audio. A pesar de la similitud, Wi-Fi no significa Wireless Fidelity; es simplemente un nombre de marca. Ni más ni menos.
La Wi-Fi Alliance se creó para supervisar el desarrollo y la promoción de las tecnologías de redes inalámbricas. Originalmente conocida como Wireless Ethernet Compatibility Alliance (WECA), la organización adoptó el término Wi-Fi para facilitar su reconocimiento por parte de los consumidores. En la actualidad, la Wi-Fi Alliance certifica los productos que cumplen normas específicas de interoperabilidad, lo que garantiza que los dispositivos de distintos fabricantes puedan funcionar juntos sin problemas.
Wi-Fi es una tecnología de redes inalámbricas basada en una serie de normas IEEE 802.11. Estas normas fueron desarrolladas por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE) para permitir que los dispositivos se comuniquen de forma inalámbrica en distancias cortas. Wi-Fi funciona en varias bandas de frecuencia, principalmente 2,4 GHz y 5 GHz, lo que permite diferentes velocidades y alcances en función de la norma específica que se utilice.
Los estándares IEEE 802.11 abarcan varias iteraciones, cada una de las cuales ofrece mejoras en velocidad, alcance y rendimiento general. Los estándares más comunes son:
Es justo decir que el Wi-Fi ha revolucionado la forma en que nos conectamos a Internet. También ha cambiado la forma en que algunos dispositivos se comunican entre sí, pero es el acceso inalámbrico a Internet el caso de uso más destacado. Su adopción generalizada ha permitido interconectar innumerables dispositivos, lo que ha propiciado el crecimiento del Internet de las Cosas (IoT) y de las tecnologías domésticas inteligentes. Atrás quedaron los días en los que se dependía exclusivamente de conexiones por cable, el Wi-Fi permite que varios dispositivos se conecten a Internet simultáneamente, sin necesidad de tender cables antes, lo que ha dado lugar a una explosión de los tipos de dispositivos que pueden conectarse sin problemas: teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles y aparatos domésticos inteligentes.
Las redes Wi-Fi públicas se han convertido en algo habitual en cafeterías, aeropuertos, hoteles y otros espacios públicos, permitiendo a la gente permanecer conectada mientras se desplaza. Estas redes prestan un valioso servicio a viajeros, trabajadores remotos y cualquiera que necesite acceso a Internet fuera de su casa u oficina. Para mitigar estos riesgos, es fundamental aplicar medidas de seguridad sólidas, como contraseñas seguras, protocolos de cifrado y actualizaciones periódicas del software. En general, la comodidad del Wi-Fi sólo puede considerarse positiva.
Wi-Fi ha transformado radicalmente la forma en que nos conectamos a Internet e interactuamos con la tecnología. A pesar de lo que se suele pensar, no son las siglas de Wireless Fidelity (fidelidad inalámbrica). Pero eso no quita que siga siendo una marca poderosa que representa una tecnología fundamental.