Por si no lo sabía, las unidades SSD existen desde hace décadas, pero no ha sido hasta los últimos quince años, aproximadamente, cuando se han convertido en la mejor opción de almacenamiento. Si está pensando en actualizar su PC para juegos, su portátil o su dispositivo portátil, o simplemente quiere entender por qué las SSD son más apreciadas que los discos duros tradicionales, esta guía le explicará todo lo que necesita saber sobre las SSD y por qué son un cambio radical en el almacenamiento digital.
A diferencia de las unidades de disco duro (HDD) tradicionales, que utilizan platos giratorios y cabezales móviles de lectura y escritura para acceder a los datos, las SSD emplean una serie de chips de memoria flash interconectados que almacenan los datos de forma persistente. Básicamente, una SSD transforma los datos en electricidad y viceversa, sin partes móviles. Esta diferencia inherente hace que las SSD sean mucho más rápidas, fiables y eficientes que sus homólogas HDD.
Memoria Flash
Las unidades SSD almacenan datos mediante una memoria flash NAND, similar a la que se utiliza en las unidades USB y las tarjetas de memoria. Esta memoria no volátil conserva los datos incluso cuando se desconecta de la corriente, lo que es crucial para el almacenamiento de datos a largo plazo.
Controladores
Los controladores de las SSD son los cerebros de la operación, intrincados microchips que gestionan los datos almacenados en la memoria flash. Los controladores de alta calidad pueden influir significativamente en la velocidad y la vida útil de la SSD.
Las ventajas de las unidades SSD van más allá de la velocidad. Por eso, si analizamos más detenidamente las ventajas comparativas entre los dos tipos de almacenamiento, verá inmediatamente que las SSD son mucho más rápidas que las HDD, ya que sus velocidades de lectura y escritura son varias veces superiores. Esto se nota especialmente al arrancar un ordenador, cargar software y acceder a archivos grandes.
Además, la ausencia de piezas móviles hace que las SSD sean más duraderas que las HDD, que son muy susceptibles de sufrir daños por golpes físicos y vibraciones y, como las SSD no necesitan un cabezal para girar, consumen mucha menos energía, lo que resulta ventajoso para los portátiles y puede mejorar la duración de la batería. Por último, la ausencia de disco giratorio significa que las SSD no generan ruido y apenas calor, especialmente en comparación con las HDD de alto rendimiento.
Unidades SSD SATA
Las unidades SSD SATA son compatibles con la mayoría de los sistemas de sobremesa y portátiles, pero su rendimiento se ve limitado por los límites de la interfaz SATA. Son una potente mejora de un disco duro tradicional, pero puede que no sean la mejor opción para los usuarios más exigentes.
Unidades SSD NVMe
Las unidades SSD NVMe (Non-Volatile Memory Express) son la vanguardia de la tecnología de almacenamiento. Son mucho más rápidas que las SSD SATA y utilizan una interfaz PCI Express para comunicarse con el resto del sistema. Las SSD NVMe son la opción preferida para la informática de alto rendimiento, los juegos y las aplicaciones profesionales. Sin embargo, no todas las SSD NVMe son iguales; si comparamos una SSD PCIe 5.0 con una SSD PCIe 4.0, encontraremos algunas diferencias de rendimiento significativas.
M.2 es un factor de forma estándar en la industria. Es el zócalo de la placa base en el que se conecta la unidad SSD. También encontrará que las unidades M.2 vienen en varios tamaños, así que cuando vea M.2 2280, sólo significa que el módulo SSD tiene 22 mm de ancho y 80 mm de largo. Otros tamaños habituales son 2224 y 2230.
¿Qué es la NAND?
La NAND es una memoria flash no volátil que conserva los datos sin necesidad de estar conectada a una fuente de alimentación. Por el contrario, la RAM necesita alimentación para mantener los datos y cada vez que se apaga, se borran los datos del módulo RAM. Los tipos de NAND más comunes en las SSD son QLC y TLC.
Comprender y aprovechar la potencia de las unidades SSD puede abrir nuevas posibilidades para su vida digital. Con su increíble velocidad, durabilidad y eficiencia, las SSD han establecido un nuevo estándar de almacenamiento.
A la hora de elegir una unidad SSD, es esencial tener en cuenta la capacidad de almacenamiento que necesita. Las hay de varios tamaños, desde 500 GB para una opción económica hasta 4 TB o más para configuraciones de gran capacidad y presupuesto. Si buscas un rendimiento de primer nivel, las SSD NVMe son tu mejor opción. Para uso general o sistemas más antiguos no equipados con una ranura M.2, un SSD SATA estándar seguirá ofreciendo una mejora notable.
Puede consultar la gama de unidades SSD CORSAIR disponible en nuestra tienda web, donde encontrará una gran variedad de unidades SSD M.2 NVMe disponibles para satisfacer sus necesidades más actuales. Como alternativa, hemos escrito un artículo explicando toda nuestra gama aquí en Explorer.
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